
Las obras más famosas de 'El Bosco'
Jheronimus Bosch (1450-1516), más conocido como “El Bosco”, fue un pintor holandés quien, tras presenciar un terrible incendio cuando era niño en el que murieron más de 600 personas, dedica todo su arte a lo largo de la vida a presentar escenas macabras, dantescas, protagonizadas por la Humanidad envuelta en un paisaje de pecado, infierno y locura.

Felipe II fue su mayor coleccionista y gracias a eso España cuenta en el Museo del Prado con algunas de las obras más destacadas del autor. El jardín de las delicias representa uno de sus creaciones más enigmáticas, más completas y de mayor misterio.
El tríptico cerrado nos presenta la creación del mundo. Una vez abierto, vemos el jardín de las delicias o los placeres de la vida. En el panel izquierdo tenemos: el jardín del Edén o paraíso; en el panel central el jardín de las delicias donde la humanidad ha sucumbido a la lujuria y al pecado en general; y, por último, en el panel derecho tenemos el infierno. Se trata de una pintura muy sombría que contrasta con el colorido de las otras dos.

Se trata de un tríptico: El Paraíso terrenal, a la izquierda, el carro de heno en el centro y el infierno a la derecha. El Bosco pretendía denunciar la pasión desmesurada del ser humano por las riquezas terrestres representadas en este caso por el carro de heno del que todos en el cuadro parecen querer su parte. La diferencia de clases y su dificultad o la ausencia de ella para acceder al carro de heno queda patente.

En este trípico tenemos las siguientes escenas: panel izquierdo, vuelo y caída de san Antonio; panel central, las tentaciones y, panel derecho, meditación de San Antonio. A lo largo de los tres paneles quedan descritas las escenas de la vida de san Antonio Abad, con el característico simbolismo con el que El Bosco se dedica a narrarnos los tormentos mentales y espirituales a los que tuvo que enfrentarse el santo.

En este óleo sobre tabla, El Bosco muestra una escena que representa una especie de operación quirúrgica para extraer una supuesta piedra que causaba la locura en los hombres. El supuesto doctor lleva un embudo en la cabeza, símbolo de la estupidez. Superstición, ignorancia y, como siempre, sátira, en esta fantástica obra del pintor holandés.

Se trata de una de las obras más interesantes atribuídas al pintor holandés. En ella, este tablero de mesa realiza un recorrido por los siete pecados capitales: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia con escenas de la vida cotidiana en Flandes con paisajes tanto exteriores como interiores. En cada esquina de esta mesa también hay cuatro pequeños círculos que representan “La muerte”, “El juicio”, “El infierno” y la “gloria”. De todas ellas, la que representa el infierno es sin duda la más sorprendente de todas.

Este cuadro nos revela a Jesucristo cubierto de sangre y junto a él, Pilatos. En la parte inferior la muchedumbre, armada con puñales y alabardas y rostros desencajados. La vista de la ciudad al fondo no se dibujó en perspectiva, por lo que el primer plano no se distingue del fondo. La versión original de este óleo sobre tabla está en el Museo Städel de Fráncfort del Meno (Alemania).

En esta obra atribuida al pintor holandés El Bosco que se encuentra en el Museo Municipal de Saint-Germain-en-Laye (Francia), el artista representa a un espectador que atiende a los juegos de prestidigitación de un charlatán mientras otro aprovecha para hacerse con la bolsa del dinero. El ratero tiene a su lado una cesta en la que asoma una lechuza, un animal que el pintor usa como símbolo de herejía.

Considerada una de las obras más bellas de El Bosco junto al Jardín de las Delicias, “La adoración de los magos” es un tríptico que asocia lo divino a lo fantástico de una manera menos esperpéntica que en obras anteriores. El tríptico abierto está dominado por un paisaje luminoso donde predominan los tonos dorados y azules. En el panel izquierdo se retrata al donante, Peter Bronckhorst; en el panel central la escena de la adoración de los magos en el que la virgen, el niño y los magos se presentan rodeado de símbolos del mal; en el panel derecho, santa Inés con la donante Agnese (o Inés) Bosshuysse.