Las tumbas de los egipcios Djehuty y Hery
Tras más de 15 años de excavaciones, podemos ver por primera vez en la Historia los restos de un jardín funerario de 4.000 años de antigüedad y las increíbles tumbas de los egipcios Djehuty y Hery.
Junto a la necrópolis de la antigua Tebas (Egipto), en la orilla occidental del Nilo, se sitúa en una colina la localidad de Dra Abu el-Naga, cerca de la que se corresponde como la actual ciudad de Luxor.
Desde 2002 se ha llevado a cabo en esta localidad el Proyecto Djehuty, una misión hispano-egipcia que ha excavado los restos de las tumbas-capilla pertenecientes a dos figuras del Antiguo Egipto, los dignatarios Djehuty y Hery.
Sin embargo, esta investigación ha desvelado algo extraordinario, estamos hablando de un jardín funerario de 4.000 años de antigüedad. Esta se ha convertido en la primera demostración física de su existencia, pues hasta la fecha tan solo se conocían por los dibujos e iconografía que se hallaban en las paredes de las tumbas.
Aunque hay evidencias de otros jardines descubiertos en Nubia, cerca de la fortaleza de Mirgissa y en la ciudad egipcia de Amarna, ambos aparecieron en un contexto doméstico y no funerario. Aquí reside la importancia de este jardín y su futura contribución al estudio de los rituales y las creencias religiosas en Dra Abu el-Naga durante el Reino Medio.
Retomando las figuras protagonistas de la misión, se sabe que Hery vivió a comienzos de la dinastía XVIII. En sus restos ha aparecido la inscripción de "supervisor de los graneros de la madre y esposa real Ahhotep”, por lo que se intuye que esta fue una posición relevante, ya que Ahhotep fue reina durante unos veinte años.
Las paredes interiores del monumento funerario de Hery fueron completamente decoradas en relieve de muy alta calidad, siendo una de las pocas tumbas-capilla decoradas que se conserva de este período, aproximadamente 1510 a. C.
Djehuty vivió unos cincuenta años más tarde, sobre 1460 a. C. También desempeño funciones importantes, pues en la cima de su carrera administrativa como escriba, actuó como "supervisor del tesoro" y "supervisor de los trabajos" realizados por los artesanos y trabajadores del metal de la reina Hatshepsut, quien también ejerció de rey del Alto y Bajo Egipto por casi el mismo período de tiempo que Ahhotep.
Las paredes de su tumba-capilla fueron decoradas en relieve, incluso la fachada y parte de la pared lateral izquierda del patio abierto. Su cámara funeraria también está escrita en su totalidad, con pasajes del Libro de la Salida al Día. Este último es conocido como “Libro de los Muertos” o “Libro de la salida al día“, traducido de su nombre original. Se trata de una colección de embrujos que se incluían en las tumbas del Reino Nuevo (1570-1070 a.C), y pretendían ayudar al difunto en su difícil camino al ‘Más Allá’ y en el juicio de Osiris.
Para la cultura egipcia, la muerte no era más que una regeneración. Así que, para conocer en detalle los entresijos del proceso hacia este ‘nuevo despertar’, te presentamos una recopilación con los hallazgos de los más de 15 años de trabajo del equipo de arqueólogos en Dra Abu el-Naga.

En la 17ª edición del Proyecto Djehuty los investigadores restauran las tumbas de Djheuty y Hery y las acondicionarán para ser abiertas al público.
Además, desarrollarán también la excavación y estudio detallado de las cámaras donde se depositaron centenares de momias de animales en el siglo II a.C., que serán posteriormente radiografiadas, al igual que las momias humanas halladas en campañas anteriores.

Zona de investigación del Proyecto Djehuty. Colina Dra Abu el-Naga (Egipto).

El equipo se profesionales ha estado formado por un total de 32 arqueólogos y arqueólogas. En la imagen, de pie y sosteniendo una barra, podemos ver al director del Proyecto Djehuty e investigador español del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), José Manuel Galán

Se descubrió una pequeña capilla de adobe asociada a la fachada entre las entradas de dos tumbas excavadas en la roca del Reino Medio. Dentro de ella se encontraron in situ tres estelas de la dinastías XIII-XVII, sobre el 1700 a. C

La estela es una pieza de piedra que se levanta sobre el suelo y que puede tener tanto una función de conmemoración funeraria, religiosa o simplemente histórica. A lo largo de los años, en Egipto se han hallado una gran cantidad de estelas como la de la imagen.

La estructura de adobe ha sido datada a principios de la dinastía XII gracias a las vasijas de cerámica conservadas encima y en los alrededores del propio jardín. El jardín está formado por un rectángulo principal y 23 sedimentos cuadrados en su interior que contenían semillas y restos de diferentes clases de plantas y flores. En el centro hay dos cuadrados más elevados que el resto, probablemente concebidos para plantar un árbol pequeño o un arbusto. Junto a uno de los lados del rectángulo han aparecido un tazón con dátiles y frutos que formaría parte de una ofrenda.

En una de las esquinas del jardín, se ha conservado la raíz y parte del tronco de un tamarisco que aún se mantenía erguido. Este presenta una altura de 40 cm y 4,80 cm de diámetro. Mediante el conteo de sus anillos anuales se ha podido concluir que vivió más de veinte años.

Se encontraron numerosos fragmentos de shaptis (pequeñas estatuas que se depositaban en la tumba del difunto) del mismo período, una gran cantidad de lino y cinco estolas de cuero que muestran al rey Osorkon III haciendo una ofrenda al dios Min, a Ra-Horakhty and y a la diosa Amunet.

En una de las esquinas del jardín, se ha conservado la raíz y parte del tronco de un tamarisco que aún se mantenía erguido. Este presenta una altura de 40 cm y 4,80 cm de diámetro. Mediante el conteo de sus anillos anuales se ha podido concluir que vivió más de veinte años.

Los materiales encontrados en una sala transversal se han datado en el Reino Nuevo, Reino Tardío y del Período Ptolemaico. De estos, uno de los hallazgos más destacados es un grupo de cinco momias, dos de las cuales habían sido envueltas en sudarios decorados con una figura frontal de Osiris y datadas en el siglo I d.C.

La figura de Osiris aparece flanqueada por la representación del sol y de la luna, aunque uno de los sudarios también incluye la representación de estrellas en su fondo. En este caso, el sudario conserva el característico color verde original del rostro del dios Osiris y el final de su inscripción central vertical.

Las momias envueltas en los sudarios pertenecían a dos individuos femeninos. Uno de ellos se trataba de una mujer de unos 1,45 m de altura, que murió cuando tenía entre 25 y 35 años de edad, mientras que el otro individuo solo alcanzó 1,17 metros de altura y tenía entre 9 y 12 años.

En Egipto existía también la costumbre de momificar y enterrar animales. Durante la misión, se han encontrado gran cantidad de huesos de ave y docenas de pequeños paquetes de lino, conteniendo momias de animales de pequeño tamaño. Como algunas de ellas se encontraban parcialmente rotas, pudo comprobarse que contenían o bien pequeñas serpientes o musarañas.

Durante esta última campaña se ha contratado alrededor de 100 trabajadores. Los miembros aseguran que esta cifra era necesaria, pues era un trabajo muy duro.

El tratamiento se ha centrado principalmente en la consolidación y limpieza de la superficie de roca y en la estructura interna de las paredes. Se ha conseguido llevar a cabo la consolidación estructural de la roca y la adhesión de fragmentos sueltos mediante la aplicación de resinas acrílicas y la inyección de morteros. En la imagen podemos ver a una de las arqueólogas del proyecto cepillando con sumo cuidado los grabados de la pared.