
Vida y logros de Marie Curie, una gran científica
La célebre física francesa de origen polaco, famosa por su trabajo sobre la radiactividad y dos veces ganadora del Premio Nobel, fue sin duda uno de los personajes más importantes de la historia contemporánea, y una de las mujeres más influyentes.
La célebre física francesa de origen polaco, famosa por su trabajo sobre la radiactividad y dos veces ganadora del Premio Nobel, fue sin duda uno de los personajes más importantes de la historia contemporánea, y una de las mujeres más influyentes. La dificultad que suponía para las mujeres de esa época el hecho de obtener estudios superiores y destacar en determinados campos académicos multiplica su mérito, no solo como científica, sino como persona.
Marie Curie fue pionera en varios campos. Además de ser la primera mujer en ganar un Premio Nobel, es la única mujer en ganar el premio en dos campos diferentes. Por si fuera poco, ella fue la primera mujer docente en la célebre Universidad de la Sorbona.
Trabajando con su esposo, Pierre Curie, Marie Curie descubrió el polonio y el radio en 1898. En 1903 ganaron el Premio Nobel de Física por descubrir la radioactividad. En 1911 ganó el Premio Nobel de Química por aislar radio puro. Después de trabajar en rayos X durante la Primera Guerra Mundial, estudió sustancias radiactivas y sus aplicaciones médicas.
Las contribuciones de Marie Curie a la física fueron inmensas, no solo en su propio trabajo, como lo indican sus dos premios Nobel, sino también a través de su influencia en las generaciones posteriores de físicos y químicos nucleares. Su trabajo allanó el camino para el descubrimiento del neutrón y la radioactividad artificial.
Durante la Primera Guerra Mundial, Marie Curie, con la ayuda de su hija Irène, se dedicó al desarrollo del uso de los rayos X. Desde 1922, miembro de la Academia de Medicina, esta valiente mujer dedicó sus investigaciones al estudio de la química de las sustancias radiactivas y las aplicaciones médicas de estas sustancias.
Uno de los logros más destacados de Marie Curie fue haber comprendido la necesidad de acumular fuentes radiactivas intensas, no solo para tratar enfermedades, sino también para mantener un suministro abundante para la investigación en física nuclear.
Finalmente, en 1934, Marie Curie murió como consecuencia de una leucemia provocada por la acción de la radiación.
En esta galería, recordamos la figura de esta brillante científica: sus logros académicos, aportaciones a la humanidad, y algunos breves apuntes sobre su biografía. Una mujer que dio su vida por la ciencia.

Desde la infancia se destacó por su prodigiosa memoria: ya los 16 años ganó una medalla de oro al finalizar su educación secundaria en el liceo ruso. Debido a que su padre, profesor de matemáticas y física, perdió sus ahorros por una mala inversión, ella tuvo que trabajar como profesora y, al mismo tiempo, participó clandestinamente leyendo en polaco a las trabajadoras.

A los 18 años tomó un puesto de institutriz, donde sufrió una infeliz historia de amor. Con sus ingresos pudo financiar los estudios de medicina de su hermana Bronisława en París, en el entendimiento de que Bronisława, a su vez, la ayudaría más tarde a obtener una educación.

En 1891 Skłodowska fue a París y, ahora usando el nombre de Marie, comenzó a seguir las conferencias de Paul Appel, Gabriel Lippmann y Edmond Bouty en la Sorbona. Allí conoció a físicos que ya eran muy conocidos: Jean Perrin, Charles Maurain y Aimé Cotton. Skłodowska trabajó muy duro en la buhardilla de su habitación de estudiantes.

Obtuvo el primer puesto en la licencia de ciencias físicas en 1893. Comenzó a trabajar en el laboratorio de investigación de Lippmann y en 1894 obtuvo el segundo lugar en la licencia de ciencias matemáticas. Fue en la primavera de ese año cuando conoció a Pierre Curie.

Su matrimonio, el 25 de julio de 1895, marcó el inicio de una alianza que pronto alcanzaría resultados de importancia mundial: el descubrimiento del polonio (llamado así por Marie en honor a su tierra natal) en el verano de 1898 y el de radio unos meses después.

Tras el descubrimiento de Henri Becquerel (1896) de un nuevo fenómeno (que más tarde llamó radiactividad), Marie Curie, buscando un tema para su tesis, decidió averiguar si la propiedad descubierta en el uranio se encontraba en otra materia. Descubrió que esto era cierto para el torio al mismo tiempo que G.C. Schmidt.

Mientras que Pierre Curie se dedicó principalmente al estudio físico de la radiación, Marie Curie luchó por obtener radio puro en estado metálico, logrado con la ayuda del químico André-Louis Debierne, uno de los alumnos de Pierre Curie. Sobre los resultados de esta investigación, Marie Curie recibió su doctorado en ciencias en junio de 1903 y, con Pierre, recibió la medalla Davy de la Royal Society.

También en 1903 compartieron con Becquerel el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de la radiactividad. Marie Curie se convirtió en la primera mujer en recibir este prestigioso galardón. El nacimiento de sus dos hijas, Irène y Ève, en 1897 y 1904 no interrumpió el intenso trabajo científico de Marie.

La repentina muerte de Pierre Curie (19 de abril de 1906) supuso un duro golpe para Marie Curie, pero también un punto de inflexión decisivo en su carrera: de ahora en adelante dedicaría todas sus energías a completar sola el trabajo científico que habían emprendido.

El 13 de mayo de 1906 fue nombrada para la cátedra que había quedado vacante a la muerte de su esposo; fue la primera mujer en enseñar en la Sorbona. En 1908 se convirtió en profesora titular y en 1910 se publicó su tratado fundamental sobre radiactividad.

En 1911 recibió el Premio Nobel de Química, por el aislamiento de radio puro. En 1914 vio la finalización de la construcción de los laboratorios del Instituto de Radio (Institut du Radium) de la Universidad de París.

En 1934, Marie Curie murió como consecuencia de una leucemia provocada por la acción de la radiación. Su contribución a la física había sido inmensa, no solo en su propio trabajo, cuya importancia había quedado demostrada con la concesión de dos premios Nobel, sino por su influencia en las generaciones posteriores de físicos y químicos nucleares.
En 1995, las cenizas de Marie Curie fueron guardadas en el Panteón de París; fue la primera mujer en recibir este honor por sus propios logros. Su oficina y laboratorio en el Pabellón Curie del Instituto Radium se conservan como el Museo Curie.