
Los crímenes de Charles Manson
En agosto de 1969, en plena revolución del movimiento hippie, los miembros de 'Familia Manson' asesinaron a siete personas, entre ellas, la joven actriz y esposa del director Roman Polanski, Sharon Tate. El móvil, la locura de un hombre.
A finales de la década de los 60, la costa oeste de los Estados Unidos estaba viviendo una revolución: el movimiento hippie. Tras décadas bajo la oscuridad de los totalitarismos, la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Vietnam... La humanidad parecía estar preparada para plantarse y decir basta. Los movimientos sociales, pacifistas y feministas comenzaron a florecer en la población de occidente. El nacimiento de esta nueva 'contracultura' se celebró en San Francisco durante julio y agosto de 1967 en lo que se llamó el verano del amor. Solo dos años después, irónicamente, en el contexto del movimiento por la fraternidad y los derechos humanos, tendría lugar uno de los asesinatos múltiples más recordados, que impactaría profundamente en la sociedad americana.
Los crímenes de Manson se conocen así por el cerebro pensante de los mismos, que no su mano ejecutora, Charles Manson. Este joven acumulaba un historial de hurtos y violencia desde su adolescencia y, tras pasar por prisión y varios centros penitenciarios para menores, Manson se encontró, a sus 35 años, en libertad, aunque repleto de odio. Despertó a un mundo de nuevos valores que triunfaban entre los jóvenes: el amor libre, la vida en la naturaleza, los alucinógenos y la música; unas armas muy poderosas para atrapar la voluntad de sus seguidores.
A las afueras de Los Ángeles vivía 'La Familia'. El carisma de Manson, su poder de oratoria y su seguridad en sí mismo atrajeron la atención de jóvenes rebeldes que querían vivir al margen de la sociedad en concordancia con valores de fraternidad, igualdad y amor. El poder magnético de Manson, no obstante, convirtió La Familia en una odisea de terror, odio y muerte, en la que, si no seguías las recomendaciones del líder, podías salir muy mal parado.
Susan Atkins, Tex Watson, Bobby Beausoleil, Leslie Van Houten y Patricia Krenwinkel fueron los brazos ejecutores de los conocidos como crímenes de Manson. La noche del 8 al 9 de agosto de 1969, bajo los efectos de las drogas y con el corazón lleno de odio, acabaron con la vida de la actriz Sharon Tate y sus cuatro acompañantes. Tate era la joven esposa de Roman Polanski, tenía 26 años y estaba embarazada de 8 meses. Fue brutalmente apuñalada, al igual que el resto de víctimas, en la casa del director de cine. El único móvil, la locura de un hombre, que había estado envenenando sus mentes durante meses, Charles Manson.
Sharon Tate fue solo una víctima desafortunada, un mal momento en un mal lugar. Ella representaba la belleza, la juventud, la riqueza y la ostentosidad propia de una clase social elevada, que tanto enfurecía a Manson. Además, era carne de cañón para comenzar su particular guerra. Los delirios de Manson le llevaron a pensar que se avecinaba una guerra entre blancos y negros, y que él era el escogido para llevarla a cabo. Y, ¿cómo creyó recibir tal mensaje? A través de las letras del grupo del momento, The Beatles.

En 1967, San Francisco se convirtió en el epicentro de la cultura hippie. Los jóvenes lideraron su propia revolución manifestándose en contra de las guerras y la violencia, enarbolando la bandera del amor y el sexo libre como respuesta a las normas sociales de las clases altas burguesas; y el feminismo, las drogas y el rock and roll como modo de vida y expresión artística y de autoconocimiento.
Este contexto facilitó la consecución de los crímenes de Manson.

Nació el 12 de noviembre de 1934 en Cincinnati, Ohio (EE.UU). Durante su infancia y adolescencia ya cometió multitud de delitos: atraco a mano armada, robo de coches o incluso proxenetismo. Fue en la cárcel donde comenzó su particular teoría religiosa del Apocalipsis. Conceptos de filosofía oriental, esoterismo, citas de la Biblia, drogas y canciones de The Beatles nutrirían su profecía sobre una guerra civil entre negros y blancos. Manson se trasladó a San Francisco tras ser liberado en 1967 y reunió a un grupo de seguidores en lo que llamó La Familia. Poco después, todos se trasladaron a Los Ángeles.
Manson se dedicaba a la música, y el rechazo que las discográficas manifestaron hacia su arte pudo ser otro de los motivos que alimentaria su locura. Pese a ello, llegó a publicar dos álbumes: Lie, con el objetivo de financiar su defensa ante los tribunales; y el más conocido, Helter Skelter, una reiterpretación de las canciones de The Beatles.

La canción, en realidad, pertenecía al White Album de The Beatles, estrenado en noviembre del 68. Manson creía que todas las canciones habían sido escritas en específico para él, y que hablaban de una guerra que estaba a punto de desarrollarse: una entre negros y blancos, en la que los negros saldrían vencedores. Esta guerra no tenía una patria ni una bandera, sino que se trataba de un conflicto racial en el que, al final, las clases sociales poderosas de raza blanca que ostentaban el poder económico tendrían su merecido y violento final, según Manson. Lo curioso es que, aunque estaba seguro de que en su hipotética guerra los negros saldrían vencedores, no les consideraba aptos para dirigir a la sociedad. Según él, cuando la guerra terminase, los más aptos, es decir, los que se habían mantenido al borde de la sociedad (La Familia), se harían con el poder.

El Rancho Spahn era una antigua localización de cine del oeste. Allí viveron 32 adultos y 7 niños durante el verano del 69. Manson era el líder, una especie de gurú. Durante los días en el rancho, los miembros de La Familia se dedicaban a tocar música, bailar, consumir drogas y tener sexo en grupo. Según cuenta una de los miembros, Linda Kasabian, que fue absuelta de los crímenes, Manson incitaba a los demás a tener relaciones entre ellos bajo los efectos de las drogas, aunque él tomaba un poco menos para mantener su posición de superioridad.
Manson pasó a convertirse en un déspota que controlaba las acciones de los demás. La idílica aldea del amor comenzó a tornarse en pesadilla.

El 26 de julio de 1969 fue la primera vez que Manson descubrió que podía hacer que otros mataran por él. Bobby Beausoleil apuñaló a Gary Hinman, un profesor de música, en su casa de Topango. Solía proporcionar drogas a La Familia y recurrieron a él en busca de dinero para sobrevivir. En el lugar del crimen, dejaron en la pared la marca de una garra, el símbolo de las Panteras Negras. Querían culpar a los negros para iniciar la supuesta guerra entre las dos razas.

La noche del 8 al 9 de agosto, Polanski estaba de viaje, y Sharon Tate, su esposa, tenía visita en la casa familiar de Beverly Hills: Abigail Folger, Voytek Frykowski (novio de la primera) y el peluquero Jay Sebring. Además, en el exterior de la casa, en su coche, estaba Steven Paren, un muchacho al que los jóvenes criminales asesinaron circunstancialmente, dentro de su coche, para evitar ser vistos. Paren tenía 18 años.
Aquella noche, Tate recibió 16 puñaladas. Estaba embarazada de 8 meses. Sebring un disparo y siete heridas de cuchillo. Abigail 28 puñaladas, y Frykowski, 51 puñaladas y dos disparos.
Pero todo no terminó ahí. La noche siguiente, el grupo paró en una vivienda e un distrito a las afueras de Los Ángeles y asesinó a puñaladas al matrimonio LaBianca.

Sharon Tate tenía 26 años y estaba embarazada de 8 meses cuando murió. Vivía junto a su esposo, Roman Polanski, en su residencia de Beverly Hills.

Los asesinatos del 9 de agosto impactaron profundamente en la sociedad americana de la época, e hicieron temblar a otras figuras famosas y acaudaladas de la zona. El director de cine Roman Polanski jamás llegó a superar la muerte de su esposa, como reoconoció en varias ocasiones.

Junto con Beausoleil, había estado implicada en el asesinado de Hinman del 26 de julio. Por ello, fue detenida y condenada. Gracias a una confesión que realizó a su compañera de celda, se resolvió el crimen de los asesinatos del 9 de agosto.

Tenía 21 años, y fue condenada a cadena perpetua.

Tenía 20 años, y fue condenada a cadena perpetua.

Leslie Van Houten, Susan Atkins y Patricia Krenwinkel.

Tenía 21 años y fue condenado a cadena perpetua.

Aunque estuvo presente en los crímenes, accedió a testificar contra La Familia, y fue absuelta de los cargos. Tenía una niña pequeña, que vivió junto a La Familia en el Rancho.

A sus 35 años, fue condenado a cadena perpetua.
Charles Manson falleció el 19 de noviembre de 2017 en la prisión estatal de Corcoran, en California, a los 83 años, por causas naturales.
Llevaba casi medio siglo en prisión.