
Las olas del feminismo a lo largo de la historia
El movimiento feminista comenzó abanderado tras la Revolución Francesa por mujeres y hombres intelectuales. En los siglos posteriores, mujeres obreras, conservadoras... continuaron dando pasos hasta la adquisición de igualitarios derechos entre sexos.
Echando la vista atrás, para una mujer del siglo XXI, sorprende darse cuenta del hecho de que sus compañeras anacrónicas no pudieron ejercer sus derechos como ciudadanas en Europa hasta hace poco más de un siglo.
El movimiento feminista comenzó abanderado tras la Revolución Francesa por mujeres y hombres intelectuales. En los siglos posteriores, mujeres obreras, conservadoras... continuaron dando pasos hasta la adquisición de igualitarios derechos civiles entre sexos.
La aparición de las mujeres en la universidad, en la vida laboral, en la esfera pública... fue tomando forma en la primera mitad del siglo XX.; logros, entre los que destaca el sufragio universal. De hecho, el voto es uno de los grandes símbolos de la adquisición de tales derechos. Pues bien, el sufragio universal se hizo efectivo por primera vez en Nueva Zelanda en en 1893. En Europa, los países no comenzaron a introducir el voto femenino hasta principios y mediados del siglo XX.
Más tarde, pasada la primera mitad del siglo XX, otras cuestiones se ponían sobre la mesa: los agentes institucionales no solo debían ocuparse ya de los derechos y obligaciones iguales para ellos y ellas; sino que también los aspectos de la vida privada eran por primera vez escrutinados por en el espacio pública. Algo que viene representado por el famoso eslogan 'lo personal es político'. Sin duda, este mensaje supuso un paradigma para la historia del feminismo. Es decir, una vez conquistados los derechos civiles, el movimiento quería erradicar los síntomas de desigualdad presentes en la cultura, en las relaciones sociales, familiares, de pareja... El maltrato doméstico era considerado un tema tabú hasta bien entrados los años 80 en países como España. Y poco antes, la conquista de los anticonceptivos y la liberación de la sexualidad femenina fueron algunos de los elementos que abrieron el camino a una igualdad de facto.
La historia del feminismo ha ido experimentando diferentes etapas, caracterizadas cada una de ellas por un objetivo e incluso, por sus propias intelectuales. Estas etapas son las que conocemos como olas del feminismo. En esta galería, hacemos un repaso por cada una de ellas.

Aunque existen escritos anteriores, la primera vez que se formalizó un movimiento que defendía la igualdad de derechos entre hombres y mujeres fue a raíz de la Revolución Francesa, precisamente porque la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano no incluía a las mujeres como poseedoras de los mismos derechos que los ciudadanos hombres.

Abarca desde la Revolución Francesa hasta aproximadamente la segunda mitad del siglo XIX (1789-1848).
El hito principal de esta ola era alcanzar la igualdad de derechos civiles, como los derechos matrimoniales y a los hijos, al trabajo, a la capacitación profesional, y la educación; aquí nació también la necesidad de contemplar el sufragio femenino (aunque se haría efectivo más de uno siglo y medio después)
Destacan autoras como Mary Wollstonecraft, Olimpia de Gouges, Emilie du Châtelet y Harriet Taylor.

Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la segunda mitad del XX, aproximadamente (1848-1960).
En 1848 se produce un punto de inflexión. Una serie de congresos realizados en Nueva York por mujeres y hombres feministas da como resultado un documento titulado Declaración de Sentimientos. En él se reflexiona sobre la condición civil y religiosa de la mujer y los abusos contra las mujeres, sustentados en las leyes, y su situación civil y religiosa, incluso sexual. En esta segunda ola, las feministas continúan pidiendo igualdad de derechos civiles, una revisión de la moral, y el sufragio universal.

Aquí también comienza a relacionarse el feminismo con la ideología política (el socialismo desde Flora Tristán; el anarquismo desde Clara Zetkin).
Comienzan a alcanzarse los primeros derechos sociales como el salario y el derecho a los propios bienes. La mujer comienza a tener visibilidad en la esfera social: se declaran librepensadoras, comienzan a ejercer el control de la natalidad, a publicar, a tener acceso a la educación superior; conducen vehículos, comienzan a fecuentar lugares de recreo y esparcimiento. Comienzan las modas (visten pelo corto y faldas); la mujer empieza a vivir por su cuenta y a retrasar el matrimonio.

En los años 20 y 30 en Europa surgen conceptos como ‘mujer emancipada’. En esta etapa, las mujeres pueden sindicarse y se reconocen, por ejemplo, los derechos de las viudas.
Durante la Gran Guerra, las mujeres ocupan muchos puestos de trabajo ante la ausencia de hombres; y ocurre lo propio al estallar la Segunda Guerra Mundial.
Se logra el sufragio universal (el primero en hacerlo es Nueva Zelanda en 1893 y los países más tardíos, en la segunda mitad del siglo XX).
Destacan, además de las mencionadas Clara Zetkin y Flora Tristán, Emmeline Pankhurst, Clara Campoamor, Carmen de Burgos, Simone de Beauvoir, Lucretia Mott, Elisabeth Cady Stanton o Emma Goldman.

Durante los años 60, comienza a vivirse en Europa un florecimiento de conciencias derivadas progresistas. Destaca mayo del 68, aunque éste no fue un movimiento feminista.
La mística de la feminidad, publicado por Betty Friedan en 1963, tuvo un gran impacto y recoge el malestar e insatisfacción de las mujeres en la Europa del momento. Este malestar provenía principalmente de un progreso económico occidental que no se correspondía, en cambio, con el progreso en el ámbito político, como la equiparación de los derechos civiles y la justicia.
Las nuevas generaciones contradecía el modelo moral tradicional de sus familias. Después de mayo del 68, comienzan a emerger los nuevos movimientos feministas a distintos ritmos, en Europa, Estados Unidos y América Latina.
No obstante, hay quienes hablan de la tercera ola del feminismo solo a partir de los años 80, cuando se empiezan a hacer efectivas una serie de medidas legislativas, que veremos más adelante.

Poco después, algunos países comenzaron a incluir las primeras medidas legislativas en lo social. En Inglaterra, comenzaron a incluirse permisos de maternidad pagados y protección contra el despido injusto durante el embarazo. También destacan algunas medidas de protección frente a la violencia de los maridos y medidas contra la violación.
En los años 70, Estados Unidos aprobó 71 disposiciones legales relativas a los derechos de las mujeres. Estos procesos se fueron, progresivamente, extendiendo por Europa.

Es en esta década en la que se populariza el eslogan “lo personal es político”, y comienzan a ponerse sobre la mesa cuestiones relativas a la libertad individual de la mujer, como el uso libre de los anticonceptivos y la legalización del aborto.
Durante la tercera ola, el feminismo se organiza como institución. Se acuñan conceptos, como ‘patriarcado’, y el feminismo se diversifica y se hace más complejo en función de su posición ante conceptos como la biología, la cultura y cómo los roles de género están influenciados total o parcialmente por cada uno de ellos; y también en función de la posición política desde donde se aborde.

A partir de la segunda década del siglo XXI se comenzó a hablar de cuarta ola feminista, caracterizado por ser un movimiento profundamente diversificado: feminismo radical, feminismo disidente, ecofeminismo, ciberfeminismo...