
Historia de la Grand Central de Nueva York
La Grand Central Terminal de Nueva York es una de las estaciones de tren más famosas del mundo, con más de 100 años de historia y decenas de apariciones en la gran pantalla.
Nueva York es una de esas ciudades en las que es difícil quedarse con uno solo de sus impresionantes monumentos. Manhattan es un icono mundial por la intensa vida que ha tenido y así lo reconocen los millones de visitantes que recorren sus calles y rincones cada año. Si comparásemos Central Park con los pulmones de Nueva York, no habría duda de que el corazón que bombea a toda la ciudad es la Grand Central Terminal.
De sobra conocida por las muchas películas en las que ha servido de escenario, la Grand Central Terminal comenzó a construirse en 1903 tras un terrible accidente de trenes que terminó con más de medio centenar de muertos. Se decidió que las locomotoras de vapor no podrían circular dentro de la ciudad, por lo que tendrían que ser sustituidas por un sistema de ferrocarril eléctrico que necesitaba una nueva estación y una reorganización completa de las líneas. La familia Vanderbilt, que había hecho una fortuna con el mundo naval, demolió la Grand Central Station e inauguró la Grand Central Terminal el 2 de febrero de 1913.
Con un estilo clásico Beuax-Arts y un lujo que poco tiene que envidiar a tantísimas construcciones europeas, la impresionante nueva estación se erigió como un símbolo de la ciudad y pronto se convirtió en el centro neurálgico de los neoyorquinos. Paredes de mármol de Tennessee, relojes de Tiffany’s y bóvedas pintadas representando la cúpula celeste son algunos de los muchos y ostentosos elementos que hoy en día pueden seguir encontrándose en este templo moderno. Sus 44 andenes, que la convierten en la estación con más vías del mundo, cuentan la historia de cómo Nueva York fue cambiando al tiempo que lo hacía el resto de la sociedad.
Aunque su momento de esplendor fue desde los años 20 hasta los años 50, la Grand Central Terminal sufrió la popularización del coche y de las aerolíneas; estando al borde de cerrar. La dura resistencia que plantó la Comisión para la Preservación de Monumentos Históricos de Nueva York, la venta de un edificio de oficinas que se había construido junto a la estación y la reconversión de sus espacios en galerías comerciales y centros de ocio consiguieron salvar la Grand Central de la desaparición y le proporcionaron una nueva vida que ya se ha prolongado por más de cien años y que no tiene pinta de que vaya a parar motores en mucho tiempo.

Fantástica fotografía de hace casi 100 años. La Grand Central de Nueva York se inauguró el 2 de febrero de 1913.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Millones de viajeros pasan por sus corredores. En la imagen algunos de ellos, anónimos creadores de la leyenda en la que se ha convertido la Grand Central de Nueva York.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Sus vestíbulos y pasillos han servido de plató para películas como Los Intocables de Elito Ness, Con la muerte en los talones, Men in black o Los vengadores.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

En esta imagen podemos observar el vestíbulo principal con su famoso punto de información central.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Miles de viajeros cruzan sus caminos cada día en una de las estaciones de trenes más famosas y grandes del mundo.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

La fachada de la Grand Central Terminal de Nueva York con su impresionante estilo Beaux-Arts.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Aunque su nombre oficial es el de Grand Central Terminal, todo el mundo la conoce como la Grand Central Station o simplemente la Grand Central.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

La bóveda del techo representa el cielo estrellado con unas 2 500 estrellas y el zodiaco entre los meses de octubre a marzo. Un error de los artistas hizo que se pintara al revés, como si se estuviese viendo el cielo desde arriba y no desde abajo.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Las estatuas de la fachada principal pesan 1 500 toneladas y miden más de 20 metros. Fueron talladas por separado y después se unieron en el exterior de la terminal.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

El mítico reloj situado encima del punto de información del vestíbulo principal de la Grand Central de Nueva York es un auténtico icono de la ciudad y el único en el interior de la estación que no está deliberadamente adelantado 1 minuto. Está conectado al reloj atómico del observatorio naval de Bethesda.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Los grandes ventanales de la estación permiten que los haces de luz crucen mágicamente los vestíbulos de la Grand Central de Nueva York.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

El día de su apertura, el 2 de febrero de 1913, más de 150 000 personas visitaron la nueva terminal, a pesar de que todavía no se había terminado de construir. Nueva York ya no sería la misma desde ese día.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Las figuras de Mercurio, Minerva y Hércules situadas en la entrada a la Grand Central de la calle 42 fueron diseñadas en Francia pero construidas en Long Island.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

No todo es amplitud, luz y belleza radiante en la Grand Terminal. En la foto podemos ver los túneles, trenes y vías de la estación en una imagen de principios de siglo XX. La Grand Central Terminal es la estación con más andenes del mundo (44 en total).
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Probablemente, antes de que comenzaran a circular cientos de trenes diarios y a vagar miles de personas cada día, se pudo tomar esta fotografía de la bóveda de la Grand Central.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

El punto de información del vestíbulo principal cuenta con una escalera de caracol oculta que conduce a la planta baja.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

En 1987 el famoso equilibrista Philippe Petit caminó por un tenso alambre por encima del vestíbulo principal de la Grand Central Terminal, justo por encima de este mítico punto de información.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Magnolia Bakery, uno de los famosos puestos de cupcakes de la Grand Central Terminal de Nueva York.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

En la imagen podemos observar uno de los túneles de la Grand Central Terminal de Nueva York con sus distintos carteles indicativos de dónde se encuentra el servicio de telégrafos, los teléfonos, el teatro o el acceso al metro. Actualmente, la estación cuenta hasta con una pista de tenis.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Decenas de acciones publicitarias y de marketing se han realizado en sus pasillos. En esta ocasión vemos, en el vestíbulo principal, un coche iluminado por los haces de luz en una fantástica fotografía en blanco y negro.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Fotografía de la entrada al Grand Central Theatre.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Entrada de la puerta 28, camino de los andenes, donde se pide a los viajeros que presenten sus billetes para poder acceder al tren.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

En esta imagen podemos observar el vestíbulo principal de la estación absolutamente vacío en una imagen que difícilmente podría repetirse en la actualidad.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Su imponente fachada resulta realmente espectacular, tanto en la distancia (como en esta fotografía) como de cerca.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

El Hotel Biltmore y el Club de Yale se construyeron durante la década de 1920. Posteriormente se construirían varios rascacielos como el edificio Chanin, el edificio de Lincoln y el edificio Chrysler. Por su parte, el Hotel Commodore se abrió en 1919, y el edificio Graybar se completó en 1927, cada uno con una conexión con la zona principal de la Grand Central. También queda cerca el Hotel Waldorf-Astoria, que cuenta con un tren directo a la estación utilizado principalmente por el presidente Roosevelt.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

El reloj Tiffany más grande del mundo mide más de cuatro metros de diámetro y está situado en la fachada principal de la entrada a la Grand Central, en la calle 42 de NYC.

La Grand Central Terminal de Nueva York durante su construcción.

Preciosa fotografía de la luz del sol entrando por los amplios ventanales que dan una idea del tamaño de los mismos, así como de la bóveda y el vestíbulo principal.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Actualmente pasan cada día por sus pasillos más de 700 000 personas entre turistas, trabajadores, viandantes, etcétera. En la imagen vemos su vestíbulo principal lleno de gente.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Sus gigantescas paredes han sido durante años un soporte publicitario perfecto para distintas campañas. En esta imagen podemos ver los amplios cartelones dispuestos en los laterales del vestíbulo principal de la Grand Central de Nueva York.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Para su centenario, la Grand Central diseñó un logo en el que se veía el mítico reloj del puesto de información señalando las 7:13 o 19:13, año de construcción de la terminal.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad

Las grandes lámparas que cuelgan del vestidor le otorgan una majestuosidad absolutamente impresionante.
Fotografía: MTA/Metro-North Railroad